Resumen de mis conocimientos personales



Si te sentis sin esperanza, triste, si te acostumbraste a los excesos, si te sentis como fuera de foco, si necesitas que alguien te acompañe.
No dudes en consultarme o preguntarme, yo estuve alli varias veces.
El "Secreto es simplemente aprender a vivir y a querernos con esto que nos pasa"

MArcos

Este Blog, pretende ser un compendio de las cosas que la vida misma me fue enseñando.
Lo que me interesa, lo que fui almacenando.
En realidad hace las veces de CV.
Es mi formacion y parte de mis creencias, estos pensamientos fueron armando mi modelo mental hasta llegar a lo que soy hoy en este aqui y ahora.
Como dijo Groucho :
Soy un hombre de princpios, pero si usted quiere, los cambio.
Todo es dinamico, todo es subjetivo y al decir todo me refiero a mi todo, que es solamente mio.
Tu todo es otra cosa, es otro todo.
Espero poder compartir esta forma de vivir , que es la mia.

Gracias por leerme.

Marcos Liberatore Roth

Acompañante Terapeutico especializado en psicopatologias. Anudar

Operador socioterapeutico especializado en drogadependencias. Universidad CAESE

Consejero en adicciones quimicas. Universidad Interamericana. UAI

Operador en violencia Familiar. UBA

Facilitador socioterapeutico en adicciones. Caacupe

Master en PNL. ICE

Coaching Ontologico. ICP/ICE / Instituto de Estudios Integrales

Consultor Filosofico Existencialista . Instituto de Estudios Integrales

Postgrado
En Coordinacion Grupal. Universidad CAESE

Coloquios y Consultas al:
154 177 2744
marcosliberatore@yahoo.com.ar

3.6.12

4ª Jornada por el desafío del Paco



 
Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años, tengan trece;

Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro; yo me puedo ir, ellos no;

Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor a las aguas servidas, de las que me puedo ir y ellos no;

Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme de que ellos no pueden hacerlo.

Señor, yo puedo hacer una huelga de hambre y ellos no: porque nadie hace una huelga con su hambre;

Señor, perdóname por decirles "no sólo de pan vive el hombre", y no luchar con todo para que rescaten su pan;

Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí. Ayúdame;

Señor, sueño con morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos;

Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.
(Meditación en la villa. Padre Carlos Mugica)

Hay una diferencia sustancial entre ser generoso con los pobres y entrar en comunión con ellos, compartiendo de algún modo su suerte. El Padre Carlos Mugica no solo fue generoso con sus hermanos más pobres de la villa sino que fue amigo de los más pobres, entró en comunión con ellos. Estaba entre los pobres, pero no se la creía. Su famosa oración “Meditación en la Villa” revela su humildad. Hay un grado de solidaridad con los más pobres que es sólo del Señor Jesús.

Esta meditación del Padre Carlos va mostrando los distintos rostros de la pobreza de aquella villa. En algunos aspectos las villas de Buenos Aires están mejor que ayer, sobretodo por la lucha de miles de mujeres y hombres –vecinos de las villas- que desde su cultura popular fueron luchando contra esas pobrezas optando por la vida y la libertad.

Ahora bien, hoy las villas de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo 43% de sus habitantes tienen menos de 17 años, presenta un rostro nuevo de la pobreza y la exclusión que ha llegado a nosotros como un tsunami devastador: el paco. Todavía no tomamos conciencia de tamaño flagelo. Así como hace unos años el mal de Chagas ponía de manifiesto la miseria del interior del país, el paco hoy denuncia la miseria de las periferias urbanas.[1]

El “Señor perdóname por haberme acostumbrado…” y el “yo me puedo ir y ellos no”  del Padre Carlos viene a mi memoria muchas veces. Sobretodo cuando uno recorre pasillos de mucho sufrimiento, de mucho dolor. Donde uno increpa a un chico diciéndole: ¿Pero, Vos no querés vivir? Y recibe como respuesta: “No padre, no quiero vivir”. Donde por consiguiente muchas veces es puesta en jaque nuestra esperanza.

El desafío del paco se nos presenta como una batalla, como una lucha cuerpo a cuerpo contra la exclusión. Digo cuerpo a cuerpo porque es uno a uno. Cada chico, cada chica es sagrado/a. Porque si no le ponemos el cuerpo no vamos a llegar a nada.

Queremos hacerles una propuesta estratégica detrás de la cual podamos encolumnarnos todos a la hora de enfrentar este desafío. Nuestra bandera tiene que ser la inclusión social.

A aquellos que les corresponde la conducción estratégica en esta lucha, les es imprescindible tener una mirada de conjunto de la situación. Obviamente esto no es fácil en un contexto cultural de fragmentos e hiper-especializaciones, que nos llevan a decir con demasiada facilidad: “esto a mi no me corresponde”.

Entre los que estamos aquí, hay diferentes miradas de cómo encarar el desafío del paco, tenemos en términos de esta lucha cuerpo a cuerpo distintas tácticas. Nos parece que todas ellas tendrían que tender a este objetivo estratégico común: sacar de la marginalidad a los chicos y chicas que viven este infierno. Y cada una de nuestras diferentes ideas y conceptos acerca del tema se tendrán que confrontar una y otra vez con la realidad. Muchas veces tenemos la tentación de refugiarnos en nuestras ideas porque la realidad concreta es ambigua y compleja.

La confrontación de ideas entre nosotros tiene un límite. No pegar debajo del cinturón. O sea,  que no se dilaten las respuestas concretas a los chicos y chicas. Siempre es bueno tratar de ponerse en el lugar del otro. Imaginémonos durmiendo esta noche en un pasillo de la villa como lo hacen cientos de chicos y chicas. O imaginemos a nuestros hijos allí.

         Nos resulta imperioso recibir la vida como viene y hacerle lugar. Recibir la vida como viene, dando respuesta a esas necesidades que nos están revelando derechos vulnerados: DNI, escuela, vivienda, capacitación laboral, trabajo etc.  Recibir la vida como viene también es adaptar nuestras instituciones y programas a la realidad y no la realidad a ellos. La burocracia expulsa, pone trabas, en definitiva pone en riesgo la vida de muchas personas.[2]

         En los tratamientos habitualmente la temática de la inclusión social es puesta en la última fase de los mismos, bajo el nombre de reinserción social. Para nosotros es el eje transversal de nuestro acompañamiento a los chicos y chicas y a sus familias. 

El desafío del paco nos presenta rostros y nombres muy concretos, vidas que se van apagando poco a poco. Nosotros trabajamos con la convicción de que incluir y hacer lugar a los que nunca han tenido lugar es el camino a recorrer. Camino que se torna decisivo a la hora engendrar sentidos en la historia de estos chicos y chicas.  No se trata de otra cosa que  de ayudar a encender, a despertar la pasión por vivir.


Padre Gustavo Carrara
11 de Mayo de 2012


[1] Cfr. El desafío del paco. Equipo de Sacerdotes para las villas de emergencia. 24 de junio de 2010.
[2] Cfr. La droga en las villas: despenalizada de hecho. Equipo de Sacerdotes para las villas de emergencia. 25 de marzo de 2009.


Señor, perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años, tengan trece;

Señor, perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro; yo me puedo ir, ellos no;

Señor, perdóname por haber aprendido a soportar el olor a las aguas servidas, de las que me puedo ir y ellos no;

Señor, perdóname por encender la luz y olvidarme de que ellos no pueden hacerlo.

Señor, yo puedo hacer una huelga de hambre y ellos no: porque nadie hace una huelga con su hambre;

Señor, perdóname por decirles "no sólo de pan vive el hombre", y no luchar con todo para que rescaten su pan;

Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí. Ayúdame;

Señor, sueño con morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos;

Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.
(Meditación en la villa. Padre Carlos Mugica)

Hay una diferencia sustancial entre ser generoso con los pobres y entrar en comunión con ellos, compartiendo de algún modo su suerte. El Padre Carlos Mugica no solo fue generoso con sus hermanos más pobres de la villa sino que fue amigo de los más pobres, entró en comunión con ellos. Estaba entre los pobres, pero no se la creía. Su famosa oración “Meditación en la Villa” revela su humildad. Hay un grado de solidaridad con los más pobres que es sólo del Señor Jesús.

Esta meditación del Padre Carlos va mostrando los distintos rostros de la pobreza de aquella villa. En algunos aspectos las villas de Buenos Aires están mejor que ayer, sobretodo por la lucha de miles de mujeres y hombres –vecinos de las villas- que desde su cultura popular fueron luchando contra esas pobrezas optando por la vida y la libertad.

Ahora bien, hoy las villas de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo 43% de sus habitantes tienen menos de 17 años, presenta un rostro nuevo de la pobreza y la exclusión que ha llegado a nosotros como un tsunami devastador: el paco. Todavía no tomamos conciencia de tamaño flagelo. Así como hace unos años el mal de Chagas ponía de manifiesto la miseria del interior del país, el paco hoy denuncia la miseria de las periferias urbanas.[1]

El “Señor perdóname por haberme acostumbrado…” y el “yo me puedo ir y ellos no”  del Padre Carlos viene a mi memoria muchas veces. Sobretodo cuando uno recorre pasillos de mucho sufrimiento, de mucho dolor. Donde uno increpa a un chico diciéndole: ¿Pero, Vos no querés vivir? Y recibe como respuesta: “No padre, no quiero vivir”. Donde por consiguiente muchas veces es puesta en jaque nuestra esperanza.

El desafío del paco se nos presenta como una batalla, como una lucha cuerpo a cuerpo contra la exclusión. Digo cuerpo a cuerpo porque es uno a uno. Cada chico, cada chica es sagrado/a. Porque si no le ponemos el cuerpo no vamos a llegar a nada.

Queremos hacerles una propuesta estratégica detrás de la cual podamos encolumnarnos todos a la hora de enfrentar este desafío. Nuestra bandera tiene que ser la inclusión social.

A aquellos que les corresponde la conducción estratégica en esta lucha, les es imprescindible tener una mirada de conjunto de la situación. Obviamente esto no es fácil en un contexto cultural de fragmentos e hiper-especializaciones, que nos llevan a decir con demasiada facilidad: “esto a mi no me corresponde”.

Entre los que estamos aquí, hay diferentes miradas de cómo encarar el desafío del paco, tenemos en términos de esta lucha cuerpo a cuerpo distintas tácticas. Nos parece que todas ellas tendrían que tender a este objetivo estratégico común: sacar de la marginalidad a los chicos y chicas que viven este infierno. Y cada una de nuestras diferentes ideas y conceptos acerca del tema se tendrán que confrontar una y otra vez con la realidad. Muchas veces tenemos la tentación de refugiarnos en nuestras ideas porque la realidad concreta es ambigua y compleja.

La confrontación de ideas entre nosotros tiene un límite. No pegar debajo del cinturón. O sea,  que no se dilaten las respuestas concretas a los chicos y chicas. Siempre es bueno tratar de ponerse en el lugar del otro. Imaginémonos durmiendo esta noche en un pasillo de la villa como lo hacen cientos de chicos y chicas. O imaginemos a nuestros hijos allí.

         Nos resulta imperioso recibir la vida como viene y hacerle lugar. Recibir la vida como viene, dando respuesta a esas necesidades que nos están revelando derechos vulnerados: DNI, escuela, vivienda, capacitación laboral, trabajo etc.  Recibir la vida como viene también es adaptar nuestras instituciones y programas a la realidad y no la realidad a ellos. La burocracia expulsa, pone trabas, en definitiva pone en riesgo la vida de muchas personas.[2]

         En los tratamientos habitualmente la temática de la inclusión social es puesta en la última fase de los mismos, bajo el nombre de reinserción social. Para nosotros es el eje transversal de nuestro acompañamiento a los chicos y chicas y a sus familias. 

El desafío del paco nos presenta rostros y nombres muy concretos, vidas que se van apagando poco a poco. Nosotros trabajamos con la convicción de que incluir y hacer lugar a los que nunca han tenido lugar es el camino a recorrer. Camino que se torna decisivo a la hora engendrar sentidos en la historia de estos chicos y chicas.  No se trata de otra cosa que  de ayudar a encender, a despertar la pasión por vivir.


Padre Gustavo Carrara
11 de Mayo de 2012


[1] Cfr. El desafío del paco. Equipo de Sacerdotes para las villas de emergencia. 24 de junio de 2010.
[2] Cfr. La droga en las villas: despenalizada de hecho. Equipo de Sacerdotes para las villas de emergencia. 25 de marzo de 2009.

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