Cuando
la gente dice que son personas que quieren agradarle a todos, están
reconociendo que es un problema.
Es un
problema, ya que refleja el deseo de tener la aceptación y aprobación de todos -
ser universalmente querido. Pero por lo
que sabemos acerca de las relaciones humanas, esto no es posible. No importa lo
duro que trabajemos para ser agradables y simpáticos, algunas personas aún nos
detestan por razones que no podemos entender. Cuando eso sucede, no debemos
culparnos a nosotros mismos o intensificar nuestros esfuerzos para ganarlos. El
mejor camino es ser cordial con ellos y evitar ofender de alguna manera.
Si
nuestro propio comportamiento es maduro y razonable, incluso la gente a quienes
no les agradamos por lo menos nos respetarán. Eso puede ser lo mejor que
podemos esperar, y sin duda es mucho mejor que pretender agradar a todo el
mundo. Al final, las personas que quieren agradar a todos no complacer a nadie
y tampoco reciben el respeto.
Hoy voy a esforzarme para
ser agradable y cordial con todos los que conozco. Si algunas personas no
responden de la misma manera, voy a aceptar esto sin sentirse herido o
traicionado.
Es cierto Marcos, siendo razonables y teniendo sentido común por lo menos, seremos respetados. En cualquier caso yo creo que tenemos que ser nosotros mismos, independientemente de la aceptación ajena, eso nos aproximará un poquito más a la autodeterminación, y por supuesto tener esta posibilidad, nos acercará otro poquito más a la libertad, con lo cual la felicidad estará más cerca que si vivimos pensando en agradar a los demás.
ResponderEliminarUn abrazo